Manuel Álvarez
Junco es Doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de
Madrid, donde ejerce como profesor de Diseño gráfico, ilustración y Metodología del diseño . En esta misma
universidad ha sido vicerrector de
Cultura y deportes y director del Departamento de diseño y Artes de la
imagen. Actualmente coordina también los
cursos de verano El Escorial. Ha
combinado /y combina, la docencia con su
faceta de dibujante y diseñador , así hemos podido ver sus trabajos en
publicaciones como el diario El País,
Interviu, A las Barricadas o
Saturday Rewiew-Word (NYC; EEUU). Sigue
colaborando en algunos medios y publica al mismo tiempo obra propia como El humor gráfico y su mecanismo transgresor y Los
Mupis de Junco. Su última obra El espejo y el martillo, es un libro elaborado
y muy cuidado en el que los textos
(bilingües) juegan al encuentro y desencuentro con las imágenes guiándonos en
una lectura por igual del lenguaje textual y el lenguaje visual.
Su actividad expositiva ha sido intensa, ha
mostrado su obra en España, Italia, México, EEUU, Colombia y
Kuwait. En mayo, a partir del día 15 de este mes, podremos ver en Lleida
una colección de algunos de sus grafismos
mudos, un divertimento interesante sobre
nuestros conceptos visuales aprendidos y las contradicciones (conscientes o
inconscientes) en las que nos movemos en
este sentido.
¿Cuál ha de ser el papel de la educación en la
mirada/lectura del arte y lenguaje visual?
Cuanta más cultura
alguien tenga, mayor poder de comprensión poseerá de lo visual, del arte, de
las acciones de los demás, de todo. Por ello la educación siempre resulta
fundamental y es definitivamente la mejor inversión que alguien puede hacer, no
solo particularmente sino también de aquellos que pretenden regir nuestras
vidas.
Para un observador el lenguaje
del arte visual ofreceuna aparente facilidad y rapidez para ser percibido. Nos
parece que poseemos una capacidad intuitiva de comprensión que no precisa de
educación, pero esta percepción intuitiva que ciertamente tenemos es muy
inferior a la que adquirida por la cultura recibida (sea en la escuela, en la
universidad, en el trabajo o en la propia vida). Me explico: los símbolos visuales
son casi en su totalidad aprendidos y hay poquísimos conocidos de manera
natural. Quizás entre los signos y símbolos tan solo el significado de la “flecha”
es comprensible por todo el mundo, y eso es posible porque venimos ancestralmente
de una sociedad cazadora. Todos nosotros desde pequeñitos hemos ido asimilando en
nuestro cerebro multitud de símbolos visuales y así conocemos bien lo que
significa una calavera y dos tibias, una mano con el pulgar hacia arriba, una
cruz gamada, un semáforo verde, etc. No digamos si además reconocemos imágenes
como la Torre Eiffel, las Meninas, el Guggenheim o los Beatles en un paso de
cebra.Repito, cuanto más cosas sepamos, mejor miraremos y apreciaremos las
imágenes.
¿Cómo se combinan la formación académica y la transgresión
artística?
Cuando uno está en una
fase de formación, lo académico suele estar reñido con lo transgresor porque se
supone que los estudiantes entonces deben aprender las normas básicas de
actuación y lo habitual es que los profesores seamos conservadores e indiquemos
cuáles son las reglas y normas canónicas. Por tanto la transgresión se suele
dejar para cuando el artista, ya formado, de dedica a avanzar, a arriesgar, a intentar
establecer nuevas formas y por tanto a romper con las aprendidas. Yo recomiendo
a los profesores ser cautos y mostrar al comienzo lo correcto pero nunca
impedir a los estudiantes primerizos desarrollar sus instintos transgresores.
Sé que es complicado porque es como si a alguien que quiere aprender a nadar se
le consiente arriesgarse probando nuevos modos. En arte, se debe procurar ser
permisivo especialmente con las personas coninstintos rompedores.
Y si su pregunta se
refería a mí personalmente, por mi condición de académico y a la vez
transgresor artístico, esa combinación la llevo extraordinariamente bien. Todos
tenemos dos caras, una formal y educada y otra gamberra y divertida. El humor
es justo eso: de una manera muy correcta y formal decir lo indebido.
La formación, las cargas emocionales, culturales,
educativas,…¿obstaculizan el diálogo entre el artista y el espectador?
No, rotundamente no. La
formación siempre es una ventaja para todo, en cualquier profesión sea
artística o no, es un valor para la vida porque cuanto más conoces, menos
miedos tienes y mas fundamentas tus decisiones. Las cargas emocionales son
excelentes porque suponen una gran motivación, pero también pueden ser un
inconveniente. Este es un punto en que conviene recordar la “Paradoja del
Comediante”, de Diderot, por la que un artista –en su caso, un actor- debe
mantener un equilibrio entre la técnica y la intuición, así como la razón no
debe estar por encima de los sentimientos y viceversa.
Si es que se refiere al contexto social en su pregunta, efectivamente sí puede obstaculizar el entendimiento entre artista y espectador, porque la facilidad que proporciona el pertenecer a una misma cultura, tiempo y formación se revuelve en el caso contrario, es decir, cuando no coinciden la simbología que utilizan uno y otro. Recordemos aquí el caso de los asesinatos en la redacción de Charlie Hebdo por el desfase del contexto de los artistas y de los asesinos, por una tremenda incompatibilidad cultural.
Si es que se refiere al contexto social en su pregunta, efectivamente sí puede obstaculizar el entendimiento entre artista y espectador, porque la facilidad que proporciona el pertenecer a una misma cultura, tiempo y formación se revuelve en el caso contrario, es decir, cuando no coinciden la simbología que utilizan uno y otro. Recordemos aquí el caso de los asesinatos en la redacción de Charlie Hebdo por el desfase del contexto de los artistas y de los asesinos, por una tremenda incompatibilidad cultural.
¿El humor
gráfico puede ser más eficaz para
transmitir ideas que un discurso político?
El humor es la capacidad
que tenemos los humanos para detectar aspectos ridículos de la sociedad y
destacarlos ante los demás. No realiza con su acción un movimiento positivo sino
crítico y recordemos que el humor no dice verdades sino que desvela mentiras.
Por tanto, en principio nada tiene que ver con un discurso político, que se
supone que intenta realizar propuestas positivas, aunque todos conocemos muchos
casos en que lo grotesco y disparatado aparece en la política y no quiero
empezar a poner ejemplos cercanos porque no pararía.
En cualquier caso, el
humor gráfico político nos sirve (sobre todo si es de “nuestra cuerda”) para
burlarnos de los formalismos e imposiciones de los poderosos. Es decir, que no es
que sea valioso sino que es algo absolutamente fundamental para nuestra salud y
equilibrio vital porque nos afirma en nuestro poder crítico. Pero, insisto, no
transmite ideas, sino críticas.
¿Es compatible con el servicio al poder?
El humor es absolutamente
incompatible con el servicio al poder porque, como decía antes,su labor es ir a
la contra, es utilizar una lupa crítica, una mirada burlona, una parodia
divertida, una sonrisa sarcástica, un levantar las faldas de lo formal, del
poder, de lo institucional, del mundo normativo que nos han impuesto o, cuidado,
que nos hemos autoimpuesto, porque muchas veces nosotros mismos nos limitamos.
¿Cuál puede ser el papel del humor gráfico en las
revoluciones sociales?
Desde luego, en mi
opinión, el humor nunca es revolucionario pero sí es imprescindible. Se debe
recordar que, atención, su misión siempre es la diversión. Esto tan esencial,
que el humor debe divertir, a veces lo olvidan algunos humoristas, queriendo
ser muy serios, lo que es loable, excelente, perfecto, pero… evidentemente lo
no divertido nunca es humor. Por ejemplo, Goya no era un humorista, aunque era
un fantástico crítico gráfico, pero nada tenía de divertida su crítica de la
pederastia, de la violencia, de la nobleza inútil, de la brutalidad militar, de
la demagogia política, de la ignorancia…
Por ello, aunque el humor
no es revolucionario sí es vital porque sirvepara desvelar tabúes, tratar temas
prohibidos, hablar de lo que no se debe, bromear sobre nuestras carencias,
materiales o mentales, ridiculizar nuestros miedos, banalizar lo solemne, cuestionar
nuestros prejuicios, cachondearnos de nuestra sexualidad, etc. ¿Les parece poco
todo eso? Pero revolucionario no es.
¿Qué opina sobre la situación actual de la
profesión?
Estamos en un mundo en
transformación contínua por las nuevas tecnologías donde la difusión y la
comunicación se ha multiplicado y nada tiene que ver con la de hace apenas unos
años. Es difícil hacer una foto fija porque la situación de los medios
difusores del año pasado nada tiene que ver con lo de este. En 1974, en que yo
empecé, las revistas y los periódicos eran los soportes habituales. El humor hoy
está en las sitcom de la tele, en el Club de la Comedia, en las bromas y
parodias que se graban y distribuyen por YouTube, en losmontajes visuales,
fotos, GIFs y videos de humor que los chats transmiten por las redes sociales, etc. Ahora
además todo fluye, y se distribuye inmediatamente por el globo. Nadie sabe
dónde llega una imagen. Diariamente, por mi smartphone yo me relaciono y
comparto imágenes con mis amigos de EEUU, Kuwait, México, Francia, Venezuela y
China. La inmensa mayoría de lo que nos llega y enviamos es muy malo (como
antes) pero también encontramos brillantes hallazgos y grandes profesionales
(como antes). La profesión hoy se ha vuelto muy transversal y francamente yo me
siento viejísimo, asombrado ante cosas que nunca imaginé, así como deslumbrado
por algunos nuevos talentos.
¿ Un dibujante humorístico es un “artista menor”?
Sí y no. Los humoristas
(dibujantes o no) eligen ellos mismos ser “menores” para poder decir cosas
“mayores”. El humor, para mi, desarrolla su labor de una forma premeditadamente
“lateral”. Por ello adopta tonos frívolos y absurdos, banales y ridículos,
impostados y divertidos, de manera voluntaria, para poder encontrar la
complicidad de los demás. Es el antiguo papel del bufón, o sea, distanciar de
manera divertida la realidad y sus despropositos. Naturalmente sí, el humor
ciertamente elige las vías de servicio para abordar mejor a los espectadores.
Pero su labor es, que quede bien claro, fundamental e imprescindible para lasociedad.
¿Qué nos puede decir sobre la exposición en Lleida? ¿Qué obras se muestran?
La exposición que traigo es
una selección de grafismos mudos, o sea, sin palabras, donde muestro
contradicciones visuales para provocar una reflexión sobre la relatividad de
las formas, y con ello, de los símbolos y así, remover nuestros conceptos
aceptados.
Pretendo que estas transgresiones visuales, que se realizan en la realidad de cada dibujo hagan pensar en nuestras contradicciones comunes y, por ello mismo, en lo que nos une. Y todo, espero, de manera divertida.Sinceramente, pienso en estos tiempos revueltos, en que todos, y digo todos, nos gusta sentirnos tan tan diferentes de los demás, no nos damos cuenta de que con esta actitud nos mostramos más parecidos, o incluso exactamente iguales a los otros. Qué contradicción tan divertida, ¿verdad?”
Pretendo que estas transgresiones visuales, que se realizan en la realidad de cada dibujo hagan pensar en nuestras contradicciones comunes y, por ello mismo, en lo que nos une. Y todo, espero, de manera divertida.Sinceramente, pienso en estos tiempos revueltos, en que todos, y digo todos, nos gusta sentirnos tan tan diferentes de los demás, no nos damos cuenta de que con esta actitud nos mostramos más parecidos, o incluso exactamente iguales a los otros. Qué contradicción tan divertida, ¿verdad?”
Núria Mallol